Manos cruzadas sobre un libro

¿Ciencia o Religión, a cuál dedicarle más tiempo?

Comúnmente se tiende a pensar que la ciencia es enemiga de la religión y que su objetivo es desaparecerla, pero la realidad es diferente, la ciencia no se opone a la enseñanza religiosa, pero si trata de definir que el pensamiento religioso no se debe confundir con el pensamiento científico.

Para muchas personas la religión es imprescindible en sus vidas, mientras que para otras la ciencia ha tomado un papel mas importante que la religión, entonces ¿a cuál debemos dedicarle un mayor tiempo?

Dado los tiempos en los que todo esta cambiando constantemente, es la ciencia quien nos esta dando respuestas a los fenómenos, situaciones y eventos que se están presentando. Por ende, es importante sumergirnos en el mundo de la ciencia, para entender los avances de la medicina, de la física o de las matemáticas que hacen posible que la humanidad avance.

Puesto que, aunque las religiones cambien, difícilmente pueden evolucionar, mientras que la ciencia si lo hace. Esto debido a que la religión parte del conocimiento revelado, recibido de la divinidad, en donde es difícil que la razón tenga un sentido (el creyente sabe que sabe, aunque no sepa como lo sabe), por otro lado, la ciencia expresa conocimiento de la naturaleza y construye estos conocimientos a través de la observación, la experimentación, la discusión y el razonamiento lógico (el científico cree saber, aunque si sabe porque cree lo que cree).

Por ello es momento de darle un mayor tiempo a la ciencia, que nos ayude a comprender e interpretar todo lo que ocurre a nuestro alrededor. No significa que debas dejar de seguir la religión, si no tener un punto de vista adicional a lo que ocurre en el mundo.

Pues como nos explica el astrofísico Carl Sagan en su libro “El mundo y sus demonios”

La ciencia es un intento, en gran medida logrado, de entender el mundo, de conseguir un control de las cosas, de alcanzar el dominio de nosotros mismos, de dirigirnos hacia un camino seguro.

La ciencia nos invita a aceptar los hechos, aunque no se adapten a nuestras ideas preconcebidas. Nos aconseja tener hipótesis alternativas en la cabeza y ver cual se adapta mejor a los hechos.
Cada vez que un estudio científico presenta algunos datos, va acompañado de un margen de error: un recordatorio discreto pero insistente de que ningún conocimiento es completo o perfecto. Siempre estaremos sujetos al error. Lo máximo que puede esperar cada generación es reducir un poco el margen de error y aumentar el cuerpo de datos al que se aplica.

La ciencia puede ser difícil de entender. Puede desafiar creencias arraigadas. Cuando sus productos se ponen a disposición de políticos o industriales. Puede conducirla a las armas de destrucción masiva y a graves amenazas al entorno. Pero debe decirse una cosa a su favor: cumple su cometido.

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